Al tratar de explicarse a sí mismo, y a quien tuviera la amabilidad de oírlo, las experiencias de dislocación de la temporalidad histórica que experimentara allá por 1974, Philip K. Dick dijo: “La respuesta a la que he llegado tal vez no sea la correcta, pero es la única que tengo. Tiene que ver con el tiempo. Mi teoría es esta: en algún sentido fundamental, el tiempo no es real. O quizás sí sea real, pero no como lo experimentamos o como imaginamos que lo es”.

Mi presunción es que esta es la misma conclusión a la que ha llegado Martín. Para él, el tiempo, tal y como lo experimentamos, no es más que una construcción arbitraria.

Sería inútil empezar aquí a referirme a las incontables reflexiones sobre la experiencia del tiempo en la modernidad; basta con aclarar que es la experiencia de la mecanización, de la aplastante anonimia que nos aúna y no la máquina, la que parece determinarla. Convengamos entonces, que el tiempo tal y como lo experimentamos es una forma que habita nuestra conciencia. De hecho, y este es uno de los puntos más acertados de estos procedimientos, aquí la
máquina del tiempo no es un requisito para poder atravesar la determinación que, en apariencia, nos lanza siempre hacia adelante. Como si de una línea recta se tratase. La máquina es, en todo caso, uno de los posibles resultados del viaje. Lo que está detrás del viaje en el tiempo es un desafío prometeico a leyes que parecen inmutables, la voluntad de arrebatarle a las determinaciones espacio/temporales su dictadura. Y la única forma de hacerlo es a través de una transformación de la propia percepción.

Los procedimientos planteados por Martín son la muestra y la muestra es el resultado de los procedimientos. Pero entonces, ¿por qué viajar en el tiempo? Explorar las motivaciones que usualmente se han atribuido a los viajeros en el tiempo, desde la sed del conocimiento del viajero de H.G. Wells hasta la necesidad de recuperar un amor perdido de Kenneth en la película Safety Not Guaranteed, podría ser una forma sencilla de descubrir una raíz común. Sin embargo, hay algo más certero en lo planteado por estos procedimientos: la motivación detrás de hacerlo radica en la
convicción de que se puede hacer.

De cada uno dependerá juzgar la veracidad y acierto de los resultados. No puedo sin embargo dejar de sugerir que “traiga sus propias armas”, como reza el anuncio en los clasificados del periódico de la película antes mencionada. Incluso si esta vez se trata de las armas de la propia mente.

Andrés Hare

Todos los tiempos
Dibujo digital impreso

Detalle Máquina del tiempo

Detalle Procedimientos

Vista sala 1

Vista sala 2

"I have a secret love of chaos. There should be more of it".
Philip K. Dick,
How to Build a Universe That Doesn’t Fall Apart Two Days Later

Must bring your own weapons

Guardar en un videojuego es viajar en el tiempo

Videoconversaciones

Procedimientos para atravesar el tiempo (2019)